miércoles, 28 de mayo de 2008

Como cuando conocemos Machupicchu


Durante mucho tiempo se consideró la pureza étnica y cultural como el valor mas importante de una sociedad. De hecho, la cultura chicha (por la música chicha que mezcla la alegría de la cumbia con la melancolía del huayno), fue vista como sinónimo de ausencia de clase, calidad y buen gusto. 

A comienzos de los noventa aparece Cachuca Condori con sus Mojarras para demostrarnos que no es así, que calidad y buen gusto eran posibles dentro de esa cultura creada por inmigrantes provincianos. Y la chicha se mezcló con el rock. 

Por esa época, la figura de Sarita Colonia se consolida como un ícono del pop limeño y los colores warholianos vistieron la imagen de esta muchacha, patrona de los desfavorecidos. 

En este ambiente nace en 1998 La Sarita, quien siguiendo la línea de Los Mojarras, se hace conocida al rockear los mejores punteos de la chicha. Sin embargo, se distancia rápidamente de esta fórmula en una atávica búsqueda que sincretiza la mística del huayno y los danzantes de tijera, con rock urbano limeño del pesado. 

Limeña- ayacuchana, ayacuchana- limeña, de este banda formada por su vocalista Julio Pérez y el prolífico guitarrista Martín "chino" Choy, ya podemos decir que ha arguedizado la música popular peruana, al aportar ese sentimiento original de chaihuas, arpistas, violinistas y danzarines de tijeras, personajes de ese universo mágico que pinta con letras José María Arguedas. 

En un país con profundas heridas y diferencias, de racismo e indolencia, ver brillar desprejuiciadamente estos símbolos de nuestra cultura nos llena de esperanza y orgullo, como cuando conocimos Machupicchu. 
    
  

No hay comentarios: